lunes, 5 de julio de 2010

El sueño de Victor Frankenstein


¿Quién no se decepcionó alguna vez de niño al desenvolver el juguete deseado y comprobar que no se parecía tanto al de los anuncios? ¿Quién no se ilusionó con el trailer para luego asquearse profundamente viendo la película? También Victor Frankenstein soñaba con crear vida humana a partir de cadáveres y lo que consiguió fue una criatura torpe, lenta, descoordinada y con un momentáneo instinto asesino. Yo había soñado una y otra vez en cada mundial con el día en que España pasara a semifinales. Me imaginaba a mi mismo bajando al centro para perderme entre abrazos, cánticos y banderas al viento en la marea de aficionados y, cuando llegó el día, no se pareció en nada a eso.
En el minuto 57 de la segunda parte, cuando Cardozo colocaba el balón sobre el punto de penalti, España estaba otra vez contra las cuerdas en unos cuartos de final. Y (con todos los respetos) quien la tenía así no era ningún equipo grande ni ninguna campeona histórica, ni siquiera una selección anfitriona. Quien tenía a España contra las cuerdas era Paraguay. Luego pasó lo que pasó, el partido pudo haberlo ganado cualquiera, pero lo ganó España, no por jugar bien (que no jugó), sino simplemente porque detrás tiene a un señor llamado Casillas y delante a un señor llamado Villa, se acabó.
El caso es que yo veo a España y, a pesar de tener los mejores jugadores de nuestra historia (y probablemente de este mundial), no veo motivos para soñar. España desarrolla un fútbol horizontal, lento, monótono, previsible, estéril. Dicen en las tertulias periodísticas y las de a pie de calle que los rivales nos tienen muy estudiados. Como si la labor de cualquier entrenador rival no fuera esa. Por lo demás cabría preguntarse si es que sólo estudian a España, porque un analista táctico como Capello fue barrido por Alemania, nuestra próxima rival.
Y es que, pocas horas antes, los alemanes dieron miedo (al menos a mí). No sólo han hecho el mejor fútbol de la primera fase, sino que han llegado a semifinales dejando en el camino a dos campeones del mundo y favoritos al título como Inglaterra y Argentina. Si en vez de los nombres de sus víctimas miramos los números el susto continúa: llevan 13 goles en cinco encuentros (lo que supone un promedio de 2’6 por partido).
En 1954 Hungría llegó al mundial de Suiza como la gran favorita al título. Hacía un fútbol primoroso y pocos meses antes su creación táctica del 4-2-4 había humillado, por primera vez en la historia, a los mismísimos inventores del fútbol en su feudo de Wembley. Alemania fue uno de los equipos que intentó copiar su táctica y estilo, pero todos coincidían que era como comparar al monstruo de Frankenstein con un ser humano: una torpe y lenta imitación. Buena prueba de ello se produjo cuando ambos equipos se enfrentaron en la primera fase del mundial, con un contundente 8-3 favorable a Hungría. Pero a pesar de sus movimientos torpes y descoordinados, el monstruo fue avanzando lentamente hasta la final. ¿Saben lo que pasó? Que la criatura lobotomizada se las apañó para vencer al inimitable modelo húngaro por 3-2.
Más de medio siglo después, Luís Aragonés convirtió España en el equipo primoroso y, gracias a ese fútbol, ganó la Eurocopa en 2008. Los derrotados de aquella final, Alemania, tomaron buena nota y decidieron abandonar su tradicional fútbol tosco y físico para imitar el elaborado juego de toque español. Sólo dos años después de aquella final, Alemania parece la selección original y la España de Del Bosque la torpe imitación. El monstruo sin entendimiento que, como la criatura de Frankenstein, deambula de forma lenta y previsible por el terreno de juego y de la que sólo hay que temer un momentáneo instinto asesino.
Al día siguiente del partido de cuartos un amigo me comentó que estaba disfrutando como un loco porque en dos años hemos visto lo que ningún aficionado español en casi un siglo: España campeona de Europa y semifinalista de un mundial. A lo mejor tiene razón. A lo mejor hay motivos para estar ilusionados. A lo mejor el equivocado soy yo. A lo mejor nuestro masoquista historial de fracasos me impide saborear el éxito. A lo mejor la criatura despierta y acaba pareciéndose al sueño de Victor Frankenstein. O, quien sabe, a lo mejor vence simplemente gracias a su momentáneo instinto asesino. Ojalá sea así.

5 comentarios:

  1. Magnífico artículo y, al contrario que la selección española, nada previsible. Alabo la calidad e imaginación del texto, pero por desgracia no tengo palabras con las que mitigar tus miedos y sospechas... Simplemente porque yo albergo los mismos. Hace un rato he cometido un error garrafal e infantil: he buscado en youtube un vídeo con todos los goles de España en la Eurocopa de 2008 con la sana intención de armarme de ilusión, entusiasmo y optimismo… Nada más lejos de la realidad. Irónica y cruelmente, el resultado final ha sido diametralmente opuesto: el contraste entre el grupo salvaje de hace dos veranos y su versión frankensteiniana actual resulta demoledora, y por ende, deprimente. He visto a un equipo que lo mismo movía la pelota como mucho a dos toques desde el círculo central hasta el área rival pasando por las dos bandas en idas y venidas zigzagueantes hasta encontrar el hueco por el que colarse y torpedear la meta rival, que una especialista en contraataque (al más puro estilo Luis Aragonés) llegando al área rival en dos pases de tiralíneas y rompiendo en pedazos a toda la defensa rival. A cambio, este año nos tenemos que conformar con una lagartija a la que, después de haberle cortado la cola, todavía suelta algún latigazo que puede resultar mortal. Una vez perdida la esperanza (al menos por mi parte) de volver a ver aquel equipo de ensueño resucitado, creo que sólo nos podría salvar una circunstancia: el hecho tan simple como inédito de que por una vez en nuestra vida lleguemos a una eliminatoria decisiva resultando descaradamente inferiores a nuestro contrincante. O dicho con otras palabras: alguna vez nos tiene que tocar ganar con todo en nuestra contra. Es ahora o nunca. Es vuestro momento, muchachos. Traeros esa copa dorada para casa y dejadnos vivir felices el resto de nuestras vidas.

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  2. La verdad es que los resultados de Alemania intimidan. Creo que es este partido, el miercoles, se verá quien es mejor equipo. Y digo equipo, ya que Alemania funciona como un bloque, sin individualismos ni protagonismo.

    Un saludo!

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  3. ¡Es Fronkonstin! (Traducción fonética).
    Quizá nos estemos alarmando demasiado, quizá mañana la táctica sea otra, quizá los alemanes aún teman a Torres después del gol de la Eurocopa, quizás mañana aunque seamos como Victor Frankenstein ellos se transformen en Igor, quizá algún día veremos a España campeona.
    Sueños que mientras no nos eliminen debemos seguir teniendo, porque ¿cuando otra oportunidad?. A mis 32 años no he conocido otra mejor.
    Mañana esperemos despertar de nuestra pesadilla de mal juego y hacer que resurga el juego que ha maravillado al mundo durante dos magníficos años.
    Quizás...

    ¡Además el pulpo ha dicho que gana España!, lo tenemos chupao.

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  4. ...Y entonces el muerto resucitó. Y no era el monstruo de Frankenstein sino el mismísimo Lázaro.

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  5. Y el 11 de julio el sueño se hizo realidad... Y no fue una pesadilla de terror gótico, sino toda una obra de arte del Renacimiento.

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